La víspera de Miércoles Santo (en Navarra el 19 era festivo), estaba a última hora de la noche preparando mi kit geek para escaparme varios días por ahí, cuando me decidí a investigar sobre el debranding del Nokia N95 (un término que había leído ese mismo día en un blog).
Tengo un N95 desde hace varios meses y más de una vez había intentado actualizar el firmware del teléfono, ya que conocía el lanzamiento de nuevas versiones, pero el Nokia Software Updater nunca me ofrecía estas últimas releases. Es por todos conocido que las operadoras suelen personalizar los terminales incluyendo contenidos y aplicaciones propias, pero no pensaba que esto pudiera impedir actualizar un dispositivo, y menos uno de gama alta como este.
Tras investigar un poco y ver que podía hacerlo en poco tiempo me puse con ello (No nos hacemos responsables de que el proceso no tenga éxito tu teléfono y que termines teniendo un ladrillo. Como suelen decir los ingleses, run this procedure at your own risk).
1.- Lo primero que necesitamos es tener instalado el Nokia PC. La última versión es castellano es la 6.84, aunque la inglesa ya va por la 6.85 (Yo lo hice con una 6.81).
2.- Instalaremos el Nemesis Service Suite, el software que nos permitirá realizar la modificación necesaria para permitir las actualizaciones.
3.- Una vez instalado, arrancaremos la aplicación con el teléfono conectado al ordenador a través del cable USB que acompaña al N95 (el DKE-2) y leeremos los valores del teléfono pulsando en el botón de la lupa.
4.- En la sección de Phone Info, deberemos de modificar el valor del código de producto por uno que permita la actualización (el código en Movistar es el 0534840). Podéis encontrar el código en esta página. No os olvidéis de pulsar el botón Write para almacenar el nuevo código en el teléfono.
A partir de este momento, vuelto teléfono ya no es considerado como un móvil personalizado, por lo que el Nokia Software Updater os permitirá instalar las últimas actualizaciones de firmware.
Entre algunas de las novedades de la última versión (la 21.0.016) se encuentra el soporte de Widgets y Flash Lite 3, así como mejoras en el rendimiento de la batería y el N-Gage First Access (incluidos en la 21.0.015)
Escuchando: Armin van Buuren - maicky Sensation White Chille 2008
Al hilo de la nota anterior, hay una profunda transformación en la industria del espectátulo. Para ser precisos y expresarse con corrección, la transformación ocurre en el entorno lo de los intermediarios. Los músicos siguen componiendo y tocando como antes.
En el caso de la industria musical, parece estar claro que el modelo pasa por los conciertos en directo, un mayor control por parte de los propios artistas, cambiar los medios de difusión, etcétera. Actualmente la tecnología es tan pequeña y accesible, que un estudio de grabación completo cabe en una casa grande, y la distribución es sencilla. En realidad, hace falta muy poca gente para grabar un disco.
Ahora bien, lo que parece evidente para la música, no lo es tanto en el cine. Grabar un disco puede ser cosa de una docena de personas apañadas. ¿Pero qué pasa con una película? Hay tres opciones.
La primera, emplear actores virtuales. Llevan años empleándose en publicidad, documentales (como Futuro Salvaje), y como parte de los efectos especiales. En el cine, aunque se nota la diferencia, los actores virtuales comienzan a resultar creíbles. Parece claro que es cuestión de tiempo que resulten indistinguibles. Los escenarios digitales llevan tiempo empleándose. Hace 25 años, para los episodios IV a VI de la guerra de las galaxias se emplearon maquetas y dioramas. Los episodios I, II y III de la guerra de las galaxias se grabaron totalmente en chroma con actores de verdad.
La segunda, utilizar una técnica mixta con fuerte edición digital. Un divertido experimento muestra en youtube cómo recrear las escenas del desembarco de Salvar al Soldado Ryan con sólo tres actores y luego realizar un montaje digital doméstico empleando un equipo informático semiprofesional.
Si en vez de rodar en fin de semana llegan a dedicarle más tiempo y actuaran sólo algunas personas más, cuidando las poses, etcétera, el resultado sería extraordinariamente sólido.
La tercera opción es seguir como hasta ahora. Grandes estudios y productoras, etcétera. Pero el problema es que ese modelo se basa en la publicidad, y es cada vez más complicado sacarle partido. Hay montones de canales de TV, los espectadores hacen zapping, o utilizan grabadores para eliminar la publicidad. El merchandising, o venta de objetos promocionales, es otra opción, pero la industria detecta síntomas de agotamiento: cada vez le cuesta más sacar un super éxito. La cosa tiene pinta de larga cola.
Existe, sin embargo, un modelo bastante verosímil basado en el emplazamiento de productos y que serviría para la opción número tres. Sería la misma vaca con otro cencerro, pero el cambio daría bastante de sí. El product placement se ha usado mucho: desde los tetrabricks de leche y zumos puestos en formación en la mesa del desayuno de la serie médico de familia, con las etiquetas bien legibles, hasta las gafas de Matrix. Últimamente se habla de películas spot para definir a las entregas de James Bond.
Pero el product placement actual sólo sirve para grandes operaciones, no tiene características de larga cola. Es decir, puedes pagar un pastizal para que James embista su T72 prestado contra un camión de agua mineral en San Petersburgo y así hacer un anuncio chachi, pero una vez hecho has quemado la idea. Necesitas algo más cotidiano, más lluvia fina y pertinaz. Poner la leche en la mesa del protagonista es demasiado obvio y corres el riesgo de que, si el tipo cae mal, asocien tu producto con él.
Lo que seguramente funcione sea una mezcla de reconocimiento de vídeo y eyetracking. El eyetracking o seguimiento del comportamiento de los ojos es accesorio y serviría para detectar lo que llama la atención del televidente y mostrar publicidad sobre ello.
Pero, con o sin eyetracking, el reconocimiento de imágenes en vídeo está ya tan avanzado, que pronto puede estar disponible en reproductores domésticos. Pueden separar la imagen de, pongamos una maleta, una joya, un reloj y verificar su aparición en todos los planos de la película o episodio. Utilizando el mando a distancia puedes señalarlo y obtener información sobre él. Junto con un sistema de favoritos al estilo de del.icio.us y un sistema de recomendación social y reputación, aparece un sistema de venta que los estudios pueden poner en subasta. Con un buscador podrías poner "zapatillas deportivas que lleva el Dr. House", y obtener toda la variedad registrada en tu videoteca. Vale cualquier cosa: un coche, una cazadora, unas gafas, una camiseta, la corbata del presentador del telediario, las sábanas de una cama, el sofá de casa de los Banks, el móvil de Grissom, un menú gastronómico, la cubertería, el vino, las copas, preguntar por los apetitosas hamburguesas que se trinca Dusty Ryan, los zapatos de un extra en la escena de un restaurante.
Hay una variante todavía más perversa: hablar de un producto imaginario, crear una marca, preparar al público. Y luego subastar esa marca a quien quiera comprarla y comercializarla. La técnica se denomina Reverse Product Placement. Se ha hecho con alguna bebida isotónica en Japón: directamente vendieron la marca y el público a un fabricante. En España lo hicieron las mamachichos con el cacao maravillao. Las mamachichos eran unas vedetes brasileñas que aparecían por toda la programación de Tele 5 en España, cuando la cadena acababa de empezar. En lo que constituía el segundo destape en España, las señoritas se paseaban por la pantalla cantando y bailando en paños menores y emperifolladas con plumas y otros accesorios carnavalescos cantando sobre el "cacao maravillao". No está muy claro si el cacao era algo intencionado o si les pasó sin querer que un soniquete pegadizo acabó imponiéndose como marca, pero recuerdo un reportaje de los 90 en que se realizó un estudio de percepción de marca y la gente reconocía un producto imaginario como un competidor a otros derivados del cacao que sí existían.
¿Qué empresa no pagaría por distribuir así? He visto demos del software de reconocimiento de vídeo y está cerca, muy cerca de resultar instalable en un reproductor doméstico. Ya ahora mismo, parece la única manera rentable de producir cine y series de 2015 a 2025. Resiste al zapping, ofrece un público cautivo. Permitiría realizar estudios de mercado y capturar tendencias. Por supuesto, afectará a la calidad del cine, pero buenos guionistas serán capaces de colarlo en condiciones en cuanto ensayen un poco. Y cuando quieras ver algo de calidad, tendrás que pagar por ello.
No se sabe su nombre, ni mucho menos qué aspecto tenía; lo único cierto es que estaba allí, junto con otras cincuenta mil personas reunidas con la determinación de matarse mutuamente.
El tipo se la jugó. Si le llega a salir mal, literalmente lo crucificaban. Las crónicas de la época se refieren a él como a "un joven tribuno". Entre veinte y treinta años. De buena familia, como se suele decir, lo que significa que lo mismo era un hijo de perra que un tipo decente, pero en todo caso con dinero y posibles. Estaba haciendo el servicio militar como oficial, para hacer carrera política, así que sería un trepa. Dicen que seguramente era tribuno de triarii. Esto es, mandaba a tipos que le doblaban la edad y habían visto pasar a muchos como él. En aquella época, la gente normal no solía decidir en su vida, y no tenía los medios intelectuales para hacerlo, incluso aunque contara con los medios políticos. Es algo de lo que no nos damos cuenta hoy en día en que la educación superior (profesional, universitaria, etc) está extendidísima, y nos parece normal conducir nuestra vida. Pero en aquella época la gente era mayormente analfabeta, y esencialmente clientelar, así que la gente buscaba lo contrario: que la condujeran.
Bueno, el caso es que el tipo era lo que hoy se conoce por un "mando intermedio", y duraba en el cargo cosa de tres o cinco años, según, y si vivía para contarlo. Se apoyaba en el centurión, un sargento de baja estofa pero experimentado, con carácter y profesional hasta la médula. Entre ambos reunían el suficiente carácter y sentido de la realidad como para salvar el día a pesar de los inútiles que mandaban desde arriba y cuyos nombres todavía se recuerdan, dos mil años más tarde, generalmente en una nube de mediocridad, oprobio o incompetencia: Flaminio, Varro, Craso (el de 'craso error', y con eso está todo dicho). Fijaos en lo incompetentes y gilipollas que serían los superiores, que generalmente se nombraba a dos, y mandaban el ejército en días alternos. Eso evitaba golpes de estado (normalmente no se ponían de acuerdo en cuál de los dos sería dictador) y corregía meteduras de pata. Pero claro, eran la élite y estaban predestinados a mandar, eso era incontestable.
La crónica es bastante conocida. Si no tenéis idea, id a donde vuestros políticos y que os devuelvan los impuestos que vuestros padres pagaron para que os educaran. Fue así: dos ejércitos se topan entre la niebla y se ven paulatinamente arrastrados a una batalla en un terreno inconveniente para todos. Pero hay prisa por decidir la contienda: los aliados están inquietos y amenazan con darse el piro. Las tropas subcontratadas salen por una pasta y hay que cerrar el proyecto ASAP. La niebla y la lluvia producen desinformación y la cosa se les va de las manos queriendo salvar un pequeño destacamento, luego un regimiento, y así comprometen todo el ejército. Para cuando quieren darse cuenta, los jefes están enfrascados y ya han mandado cargar cuesta arriba a los elefantes, lo que en castellano antiguo se dice "echar toda la carne en el asador".
Pasan demasiadas cosas y ni siquiera estaba previsto batallar ese día y en ese sitio. A todo el mundo la cosa le ha pillado con el paso cambiado. En mitad de la refriega, con el enésimo asalto recién terminado en tablas, nuestro protagonista se da cuenta de que el enemigo expone el flanco, pero los jefes supremos están absortos en sus propios problemas no se sabe dónde y nadie da razón de ellos. Lo mismo han palmado. Así que, ni corto ni perezoso, él sólo, por su cuenta y riesgo dice algo así como "eh, tíos, seguidme". Unos tres mil tipos con edad como para ser padres del chico lo ven igualmente claro, los centuriones pegan cuatro gritos y, con la soltura que da la práctica, los tres mil se mueven al unísono maniobrando por el risco, dejando a su vez su propia retaguardia desguarnecida en igual maniobra; vamos, que les podían cazar igual. Pero la diferencia es que ellos se mueven y toman la iniciativa. El enemigo, ante la misma oportunidad, no reacciona. Es la diferencia entre que te pasen cosas y hacer que pasen. Salvan la mañana y determinan cinco siglos de predominio político, no muy lejos de las Termópilas, donde los antepasados de sus aliados les dieron pal pelo a los persas, aunque ahora han decaído tanto que tienen que pedir ayuda a los vecinos.
Por supuesto, al tipo que movió los veinte manípulos no se le recuerda, faltaría más. No tendría los amigos adecuados, o, a pesar de haber ganado, cometió el imperdonable pecado de dejar en mal sitio a los jefes supremos. Así que sólo se le recuerda como el tipo que seguramente estaba allí, el tribuno de Cinoscéfalos. Pero vive Dios que los abueletes le siguieron sin dudarlo, y eso no tiene precio.
Fijaos en la foto: una llave y una tarjeta magnética. Dos objetos totalmente distintos, uno de metal y otro de plástico, con un proceso de fabricación radicalmente diferenciado. La llave debe mecanizarse con ingeniería de precisión, exige aleaciones específicas y cada unidad fabricada debe ser diferente a las demás. La tarjeta es de plástico, se puede subcontratar sin problemas y después programar a medida en un sencillo proceso final que puede llevar a cabo el montador o el mismo cliente, aligerando la logística de la producción.
Y, sin embargo, pese a sus diferencias, ambas sirven para lo mismo: abrir y cerrar puertas. Es decir, atienden al mismo mercado. Obviamente, ambos sistemas convivirán durante un tiempo, habrá nichos específicos, etcétera. Pero hoy en día en muchos lugares los empleados usan tarjeta para acceder a la empresa. Yo usaba tarjeta en tres de mis cuatro últimos empleos. Es raro el hotel en que te dan una llave. En algunos hoteles de lujo te dan lo que parece una llave: es de metal y todo, pero de hecho es una tarjeta magnética.
¿Puedes imaginar el proceso de transformación que una empresa de cerrajería debe realizar para abandonar el metal y dedicarse al plástico? Nada de lo que saben funciona. Hay que cambiar las máquinas y los proveedores. Las materias primas. Aprender nuevos procesos de fabricación. Traer a gente joven para la parte electrónica. Usar palabras nuevas o adaptar las existentes dotándoles de un nuevo significado. La red comercial y auxiliar debe cambiar. Los establecimientos que duplican llaves, los instaladores. Por no hablar de los amigos de lo ajeno. Cambia todo.
Pero lo que no cambia es el mercado. Tú quieres cerrar una puerta y que sólo la puedan abrir las personas que están autorizadas a hacerlo. Cualquier cosa que lo permita es una llave, y cualquier cosa que lo haga mejor que un manojo de tiras metálicas se impondrá. Las llaves y cerraduras han evolucionado muy poco en los últimos 2.500 años. Se han encontrado candados vikingos, cerraduras romanas y egipcias, y su funcionamiento es, esencialmente el mismo: protuberancias colocadas de manera que muevan ciertos mecanismos. Ahora se hacen con bulones, pero no hay mucha diferencia entre una llave de seguridad moderna y la llave que unos judíos sefardíes conservan en su casa desde tiempos de los Reyes Católicos.
Algo parecido está pasando en la industria de la música y el cine. Es un proceso natural que ha ocurrido en todas las actividades humanas. Lo que importa es el sistema que sirva para llevar a cabo determinada tarea, no los intermediarios. Los intermediarios son accesorios, no son el fin. Si no aportan valor, tienden a desaparecer y reconvertirse, despacio, sin traumas. Normalmente los intermediarios conocen el mercado, la necesidad, y están en la mejor disposición para mantenerse y evolucionar. Si se resisten, la única manera de hacerlo es provocando una interferencia, servidumbre, obstaculizando. Dilapidando el tiempo y los recursos de que disponen para evolucionar, malversándolos en atrincherarse.
Olvido Gara, más conocida como Alaska, lo explica muy bien. Quizá parezca muy crudo, pero estamos hablando de una industria empecinada. No tiene sentido repetirlo, así que os dejamos con ella.
Hace varias semanas que recibí, a través de Bloguzz ,un ejemplar del libro "Guía de referencia SEO de OJOBuscador" escrito por Javier Casares. En la última kdd simbiontes nos planteamos hacer una review colectiva, pero la agenda de los simbiontes últimamente no da para mucho, por lo que he visto conveniente publicar mi revisión para así no demorarlo más.
Al principio me sorprendió el grosor del libro y el tamaño de la tipografía (además de que llamarme la atención que el libro no tuviera deposito legal). El libro parecía fácil de leer y me temía que no iba satisfacer mis necesidades. Nada más lejos de la realidad.
He de reconocer que el libro cumple a la perfección con el objetivo de ser una guía de referencia. Es el tipo de libro ideal para aquel que no tiene mucho tiempo, que quiere conocer los conceptos realmente interesantes y poder luego investigar por su cuenta o para el que quiere tenerlo como una herramienta de consulta rápida para no olvidar ningún aspecto del posicionamiento de su proyecto Web.
El libro tiene 83 páginas y está dividido en 7 capítulos y termina con un pequeño glosario de términos. Los dos primeros capitulos son una introducción a los factores que inciden en el posicionamiento y a la situación actual de los buscadores. Los dos capítulos siguientes entran a revisar los factores de posicionamiento On-Page y Off-Page y es donde se entra a detalle (de hecho, suponen el 50% del libro) en todos los elementos que influyen en el posicionamiento y en las cosas que deberíamos de tener en cuenta para que nuestra página esté adecuadamente indexada y tenga una buena posición en los principales buscadores (el libro no se centra exclusivamente en Google, sino que abarca los buscadores más importantes).
El siguiente capítulo se centra en las técnicas penalizables, y es aquí donde me he llevado una sorpresa, ya que desconocía que los buscadores penalizaran las redirecciones con Javascript. Tras un repaso por estas técnicas, un nuevo capítulo se centra en responder algunas preguntas frecuentes como por ejemplo, los procedimientos para dar de alta una nueva página en buscadores.Tras un breve capítulo sobre social media optimization, nos encontramos con un diccionario con los conceptos más importantes sobre el tema.
Solo hay un par de aspectos que he echado de menos en el libro. Por un lado el capitulo dedicado a social media optimization me ha parecido escaso, y no entra a hablar de optimización SEO con Flash, o lo que pueden suponer el uso de nuevas tecnologías como Silverlight o Flex. Por otro lado, se echa en falta un capitulo más centrado en la gestión y seguimiento del posicionamiento, y en los pasos a dar una vez aplicadas las técnicas que propone en los diferentes capítulos.
A pesar de esto, se trata de un libro que ha cubierto las necesidades que me planteaba, y lo considero totalmente recomendable para todos aquellos que queráis introduciros en el mundo del Search Engine Optimization.
Escuchando: Snow Patrol - Chasing Cars. Eyes Open (2006)
Parafraseando al gremio de asesinos de Ankh Morpok, he aquí el lema de los responsables de empresas de desarrollo:
Nihil codificatio sine lucre!
("Ni una línea de código sin cobrar por ella"). Válido también si trabajas con software libre.
[Con agradecimientos especiales para mi amable contrincante en las guerras samnitas por la traducción de codificar (scriptum o codicis eran otras opciones) y al Sr. García, que tuvo la ocurrencia de traerme el plano de Ankh Morpok desde Londres en una época en la que no había comercio electrónico]
Una página colectiva y ecléctica para comentar y apuntar cosas.
Estás viendo los archivos de Marzo de 2008. Visita la portada para ver las últimas notas.
Si quieres curiosear, puedes consultar:
http://tira.escomposlinux.org
La tira ecol ha vuelto.