Después de los álbumes digitales, el servicio de moda este semestre en Internet es el alojamiento de videos. Algunas personas han buscado la manera de guardar esos vídeos sin demasiado engorro. Puedes elegir entre...

• ... que te enseñen a pescar con caña. Cómo descargar vídeos. Este tutorial en therror es interesante para  quien desee experimentar el cambio de formatos y comprender cómo funcionan los sistemas de alojamiento de vídeo.
• ... que te den el pescado listo para comer; bueno, tú solo tienes que calentarlo, pero te lo dan limpio y eviscerado. Descargar videos de YouTube, Google Video y iFilm directamente (y cambiar de .flv a otro formato). Este otro sistema propuesto por Javi Moya es más sencillo porque se toma el trabajo por ti. Basta con que copies la dirección del vídeo, la pegues en un casillero y lo guardes (para luego convertirlo). Con que prestes atención durante medio minuto y te leas las instrucciones en vez de pulsar enlaces atolondradamente, tendrás tus codiciados vídeos. (Y, por cierto, cambiando la extensión a .avi puedes probar a abrirlo con VLC directamente sin conversión alguna, con bastantes probabilidades de éxito).
  

Por qué es tan complicado. A veces se quiere grabar una de esas piezas y resulta difícil, porque es streaming, lo que significa que no hay un fichero, sino un "caudal" de información que tú vas leyendo con un reproductor (algo así como oir la radio). El uso de streaming resulta propicio por diversas razones: racionamiento de ancho de banda, control sobre la emisión, rendimiento publicitario. El problema es que lo que te llega al PC no es un fichero, sino algo que el reproductor te muestra y enseguida descarta, pues de lo que se trata es que cada vez que lo quieras ver, tienes que ir a verlo al repositorio original. ¡Cada visita cuenta para la publicidad!

Ahora bien, como quiera que de ese caudal se guarda un fichero temporal para que el reproductor pueda repetirlo y avanzar/retroceder, siquiera mientras lo mantienes abierto, lo que hacen algunas personas es localizar ese fichero temporal, y, con un programa convertirlo a algo más legible y guardable.