Con el permiso de la masa, henos aquí disfrutando de The Wire, (la escucha), una serie incorrecta, sin fachada, con personajes nada planos (no hablo de curvas femeninas), realista, corta, bien tramada y sin concesiones. Wow!

CSI lleva ya tiempo derivando implacablemente hacia la truculencia más escabrosa que se puede imaginar. Digamos que hubo un punto de inflexión tras el doble episodio dirigido por Tarantino. El tedio, la saturación, parecen haber provocado una exacerbación en los valores clásicos de CSI: estilismo puro y enseñar juguetes caros. Pasada la novedad de esos argumentos, sólo queda el encono.

The wire, la escucha, es una serie policíaca, antítesis de CSI. Nada de estilo, nada de luces pulcras y cosas modosas. Los personajes son humanamente contradictorios y no montajes para dar pie a situaciones molonas. Veamos, hay:

1. Un poli bocazas, bobo, semialcohólico. Es el protagonista de una serie muy coral.
2. Su amigo. Tiene problemas de faldas. Con remordimientos.
3. Los jefes. De mayor quiero ser como ellos.
4. Políticos corruptos.
5. Un yonki. Bueno, muchos. Este destaca.
6. Mafiosos de todo tipo. Sin estilo.
7. Los otros policías del caso: incompetentes, violentos, negados, gatillo fácil. Torpes. Corruptos. Bueno, hay uno muy pulcro que hace muebles para casas de muñecas.
8. Poli lesbiana y un malo gay que choricea droga a los camellos para venderla él: de lo más incorrecto que he visto para la galería. Me alegro un montón, para qué negarlo. Por la falta de concesiones.
9. Seguiría, pero hay que verla. Al final los buenos pierden, pero ya te lo esperas.

Bien, con esos mimbres, los tipos se curran la mejor serie policíaca que haya visto nunca. Realista, buenos guiones. Un caso pequeño, pero sólido, bien llevado. Un departamento de policía llevado buscando quickwins, desbordado de trabajo. Gente muy humana. Unos inútiles que tienen un caso pequeño y que se va complicando. La mayoría de los inútiles se redimen y hasta te acaban cayendo bien. Retrato de las zonas más degradadas, de los barrios pobres, los trapichas, sus problemas. Unas escenas fantásticas, método policial y deductivo trasladado al guión, de manera que hay que pensar y atar cabos mientras ves la serie. Nada es evidente, todo está relacionado. La serie es de HBO, a capítulos de una hora, en temporadas cortas. Funcionó mejor de lo que esperaban: el número de negros es anormalmente alto para una serie de TV americana, y HBO nunca había probado con policíacas. Así que, viendo el éxito, alargaron de siete a trece capítulos por temporada en mitad de la producción. De ahí que la trama se comporte un poco raro en el medio de la temporada por el ajuste de guiones, pero luego repunta.

He encontrado en youtube este sketch extraido del capítulo 4. Se trata de la reconstrucción de un crimen, realizada con media docena de fotos, una cinta métrica y un puro apagado. Para compararlo con cualquier esnobismo estirado de CSI. El portero (el tercero, que mira perplejo y no comprende al principio), es una proyección del espectador. A la vez que el portero, vas entendiendo lo que hacen los policías, lo que piensan, comprendiendo cómo ocurrió el crimen. Puro cine. Y qué dialogo. Señor, ¡vaya pedazo de diálogo! Para reconciliarse con la tele.

Delicioso. Todavía sigue un rato, pero creo que basta para hacerse una idea. Ah, sí, el enlace a la serie en la wikipedia (en inglés).

Actualización: acaban de quitar el vídeo de youtube. Supongo que por derechos de autor o algo por el estilo. Técnicamente no era más que un trailer, pero bueno. Resulta que hay otro idéntico que es el que se ve ahora...